A mediados del siglo XIX algunos investigadores comenzaron a catalogar varias listas de fobias, dándole a cada una un nombre de origen griego o latino que se designaba al objeto o situación temida. Dentro de estas listas encontramos el termino Eleuterofobia, este terminó proviene del griego ελευθερος (eleútheros) que significa libre, y del griego φοβία (phobía) que significa temor, pánico y terror, en otras palabras fobia a la libertad. Por otra parte, Erich Fromm (1900-1980), destacado psicólogo social de origen alemán, escribió en 1941 el libro titulado “the fear of freedom”. En este libro el autor analiza el significado de libertad en diferentes momentos sociales y sus intentos del ser humano por evitarla. Aunque en el DSM-5 no aparece el termino eleuterofobia, pero si se encuentran las fobias clasificadas dentro de los trastornos de ansiedad.

La libertad es el estado de independencia de una persona, es decir que no está sometida a otro individuo o agentes externos, de manera que puede actuar de acuerdo con sus valores, pensamientos, sentimientos, criterios y voluntad. Lo cual también implica que la persona asuma responsablemente las consecuencias de sus acciones. Algunas personas están dispuestas a luchar hasta la muerte por obtener su libertad otros sin en cambio buscan caminos para evadir y suprimirla; porque tienen miedo o angustia intensa de ejercer su propia libertad, ya que la considera una carga muy pesada a esto se le llama eleuterofobia.

La eleuterofobia, no es una fobia que se escuche comúnmente, sin embargo, esta fobia se dice que era muy común entre los esclavos, ellos no podían decidir sobre sus propias vidas ya que todas las decisiones las tomaba su amo, al momento que el esclavo era libre la mayor de las veces se aterraba porque no sabía valerse por sí mismo despertando en él el miedo a la libertad. A pesar de que en la actualidad ya no vive esclavitud como en las épocas pasadas. El ser humano se encadena y se hace esclavo al dinero, trabajo, a las relaciones interpersonales e inseguridades (Santamaria R. , 2018).

De manera que si la persona tiene la posibilidad de ser libre y presenta un miedo excesivo o ansiedad intensa hacia la independencia entonces estamos frente a un caso de eleuterofobia, la personas con esta fobia:

• Buscan evitar o resiste activamente con miedo o ansiedad intensa ante la libertad.
• El miedo o ansiedad es desproporcionado al peligro real ante la situación o contexto sociocultural en el que se enfrenta.
• Sienten que la libertad es una carga muy pesada.
• Teme la separación de la figura de apego
• Siente que constantemente está compitiendo con otros y puede estar en desventaja
• Teme no tener el control del futuro o destino propio, por lo que le cuesta tomar decisiones, pues teme que la opción que elija no tenga la consecuencia que espera.
• Presenta pensamientos de duda, desconfianza, inseguridad, aislamiento y temor ante la independencia
• Tiene miedo o ansiedad de que sus ideas, valores, normas, decisiones no conecten con la comunidad.
• Adopta el tipo de personalidad que le proporcionan las pautas culturales y se transforma a lo que los demás esperan, despojándose de su yo individual y se transforma similar a otros para así no sentirse solo y angustiado.
• Presentan dependencia a alguien externo a ellos (persona, deidad, situación), de manera que las consecuencias que tenga por su conducta se las atribuye a quien él le otorgo su autoridad.
• Para evitar la libertad suele tener comportamientos sadomasoquistas con el propósito de sentir que alguien depende de ellos.
• Presenta comportamiento vigilante ante situaciones que puedan provocar libertad
• Establece comportamientos obsesivos que lo ayuden a relajarse la ansiedad
• Si sienten una amenaza, ya sea un objeto, otras personas o el mismo buscan destruirla.
• El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en otras áreas importantes del funcionamiento.
• El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente y dura típicamente seis o más meses

A continuación, se presentan dos trastornos que se asimilan a la eleuterofobia, el primero se relaciona con la separación de vínculos primarios y el segundo tiene muchas características con la eleuterofobia, sin embargo; la diferencia es que se presenta cuando la persona está ente el estímulo de libertad.

Trastorno de ansiedad por separación: el DSM-5 menciona que es el miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo concerniente a su separación de aquellas personas por las que siente apego. Por lo que al separarlo puede presentar malestar excesivo y recurrente cuando se prevé o se vive una separación del hogar o de las figuras de mayor apego. Presenta una preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las figuras de mayor apego o de que puedan sufrir un posible daño, como una enfermedad, daño, calamidades o muerte. Preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de que un acontecimiento adverso (p. ej., perderse, ser raptado, tener un accidente, enfermar) cause la separación de una figura de gran apego. Resistencia o rechazo persistente para salir, lejos de casa, a la escuela, al trabajo o a otro lugar por miedo a la separación. Miedo excesivo y persistente o resistencia a estar solo o sin las figuras de mayor apego en casa o en otros lugares. Resistencia o rechazo persistente a dormir fuera de casa o a dormir sin estar cerca de una figura de gran apego. Pesadillas repetidas sobre el tema de la separación. Quejas repetidas de síntomas físicos (p. ej., dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, vómitos) cuando se produce o se prevé la separación de las figuras de mayor apego.

Trastorno de la personalidad dependiente: en este trastornos el DSM-5 menciona que se caracteriza por la necesidad dominante y excesiva de que la cuiden, lo que conlleva un comportamiento sumiso y de apego exagerado y miedo a la separación que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos. A la persona que padece este trastorno le cuesta tomar decisiones cotidianas sin el consejo y tranquilización excesiva de otras personas, necesita de los demás para asumir responsabilidades en la mayoría de los ámbitos de su vida, suele presentar dificultad de expresar el desacuerdo con los demás por miedo a perder su apoyo y aprobación. Le cuesta iniciar proyectos o hacer cosas por sí mismo (debido a la falta de confianza en el propio juicio o capacidad y no por falta de motivación o energía). Va demasiado lejos para obtener la aceptación y apoyo de los demás, hasta el punto de hacer voluntariamente cosas que le desagradan. Se siente incómodo o indefenso cuando está solo por miedo exagerado a ser incapaz de cuidarse a sí mismo. Cuando termina una relación estrecha, busca con urgencia otra relación para que le cuiden y apoyen. Siente una preocupación no realista por miedo a que lo abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.

• Aprendizaje: la persona aprende que un estímulo en un principio no atemorizante adquiere u carácter fóbico cuando se asocia con una experiencia negativa o bien por medio de la observación se da cuenta que ciertas situaciones son peligrosas de manera que trata de evitarlas para mantenerse a salvo. (Orgilés Amorós, 2014)
• El apego inseguro: el apego es el vínculo emocional que conecta a una persona con otra en los primeros años es con los padres después transciende a otras figuras de apegos. El apego inseguro por lo regular no se satisfacen, debido a que el cuidador es insensible o se ausenta con frecuencia, crecerán siendo temerosos y abiertamente ansiosos acerca de su seguridad, por lo que tienen menos probabilidad de explorar un ambiente desconocido incluso cuando la figura de apego este presente y si llegase a dejarse en un lugar desconocido el niño llorará y se negara a ser consolado aunque la figura de apego regrese expresando enojo o la ignore por completo. (Morris G. & Maisto A., 2005)
• Genética o ambiente: la persona presenta ante el miedo una respuesta biológica que se caracteriza por el aumento de la activación del organismo ante una amenaza real o percibida. Esta activación es normal y que tiene la función adaptativa ya que nos prepara al individua para evitar riesgos innecesarios y estar a salvo. Sin embargo, está activación es muy intensa desarrollando en la persona la fobia (Orgilés Amorós, 2014)

Los siguientes síntomas y signos nos permiten identificar cuando una persona padece eleuterofobia.

• Presentan un incremento en su frecuencia cardiaca, palpitaciones, variación de en la presión arterial, dificultad para respirar, sensación de falta de aire o sensación de asfixia, temblor, mareo, sudoración, palidez, manos húmedas y frías,
• Las manifestaciones gastroinstestinales son: nausea, vomito, agruras, diarrea, sequedad de boca, sed, hambre o anorexia
• Suelen autolesionarse o provocar un accidente porque sienten que se lo merecen
• Impotencia sexual, eyaculación precoz, frigidez sexual, trastornos en el ciclo menstrual
• Inquietud psicomotora, por lo que no puede mantener por mucho tiempo una determinada posición, mueve las manos y los pies, realiza muecas cuando siente que está próximo a tomar una decisión
• Hipervigilia que provoca insomnio, sueño superficial y no reparador, inquietud mientras duerme, despertares frecuentes, impaciencia, irritabilidad y reacciones emocionales exageradas
• Realiza conductas que le permiten evitar la libertad, por ejemplo: un alumno no contesta correctamente las preguntas del examen a pesar de que conoce las respuestas.

• Dificultad de concentración
• Siente impaciencia y preocupaciones inmotivadas por pensamientos iterativos y exagerados sobre su persona, futuro, trabajo. Sociedad, familia
• Tiene pensamientos de duda, rechazo, desventaja, fracaso, insignificancia, etc.
• Se mantiene expectante ante el estimulo que lo puede hacer libre
• Presenta pensamiento de temor a fallar, por lo que suelen hacer cosas que ellos no desean, abandonándose a si mismos.
• Presenta un sentimiento de pérdida ante la separación o ausencia de la figura de autoridad o dependencia.
• Su percepción personal es de inferioridad e insignificancia por lo que siente que es necesario que lo humillen, degraden y viva situaciones vergonzosas porque se lo merece
• El miedo o la angustia lo hacen aislarse por temor de ser juzgados por otros

Se castigan e infligen sufrimiento

Permiten castigos activos, permiten humillaciones y situaciones incomodas o depresivas

Este ejemplo fue obtenido del libro Casos clínicos, evaluación, diagnostico e intervención en salud mental escrito por Cabre Segarra, Castillo, Garayoa, Nofuentes García.

Motivo de consulta: La paciente es una estudiante joven que se autolesiona y en uno de los episodios realiza un corte más profundo, generando alarma en su entorno, por lo que ella misma decide a pedir ayuda después de verse obligada a acudir al servicio de urgencias de un hospital. A la primera visita la acompaña su padre, que se queda en la sala de espera. Lo primero que llama la atención es la expresión de tristeza en su rostro y que ofrece una mano con poca firmeza. No se quita la chaqueta en toda la entrevista.

Cuadro clinico: Relata que hace 5 años que se está autolesionando en muslos y antebrazos: «Es una especie de rabia contra mí, se ha convertido en una obsesión. Pienso que algo malo me va a pasar y si me corto pues ya me ha pasado algo malo entonces ya no me va a pasar nada más». Cuando se siente tensa no puede respirar, no puede llorar y entonces se castiga: «Me siento inferior, que todo lo hago mal, que no doy la talla». Al preguntarle en qué siente que «no da la talla» responde: «En nada, en los estudios, en la vida social». Está cursando estudios de posgrado y es una estudiante brillante, con unos intereses intelectuales elevados y poco comunes. Interrumpió sus estudios universitarios durante unos meses porque «no podía más»; cree que su personalidad influyó mucho en esa decisión.

En ese momento consultó con una psicóloga y es tuvo en terapia durante unos meses, con el objetivo de trabajar habilidades sociales. También tomó paroxetina, un ISRS (inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina) con efectos anti obsesivos y antidepresivos, ya que el diagnóstico que recibió fue de Trastorno de la personalidad obsesivo compulsivo (TOC).

Exploración sintomática En la entrevista, destacan los siguientes síntomas: llanto abundante, tristeza, despertar precoz, sueño fragmentado, dudas obsesivas, rumiaciones, rituales de comprobación y de limpieza. Explica que antes de salir tiene que guardar todas las cosas, no puede apilar libros, ya que entonces tiene pensamientos del tipo: «si tapo este libro, no me saldrá bien esta asignatura». Está muy aislada y muy sola. En una ocasión se autolesionó en el baño por lo mal que se sentía. Si no lo hace, cree que pasará algo malo: por ejemplo, que le preguntarán algo que no sabrá responder y entonces se ruborizará. En otros dos episodios explica que, con la autolesión, busca tranquilizarse ante la inquietud que le produce su incorporación a un grupo de trabajo ya formado y en funcionamiento, o como castigo por no intervenir en clase. Necesita sentir que tiene el control de las situaciones, por ejemplo, haciendo las mismas cosas a diario, y no tolera ni la incertidumbre ni la ambivalencia. Se observa mucha tristeza y fragilidad. La paciente hace frecuentes silencios, pero son muy comunicativos: expresan un gran sufrimiento.

Antecedentes históricos ella explica que sus padres siempre han trabajado y que a ella la criaron los abuelos. Que hacía muchas actividades extraescolares: «No tenía tiempo de nada, ni de pensar». Al preguntarle por los padres hace un largo silencio. Finalmente dice: «Están siempre ahí, para mí “he podido estudiar, viajar”.

Diagnostico También el predominio de obsesiones recurrentes que a menudo responden a ideas con un cierto tinte autorreferencial. Se perfila una sintomatología obsesiva, depresiva y fóbica, en una personalidad con rasgos narcisistas que se expresan a través de su excesiva autoexigencia y de su feroz autocrítica, con un superyó persecutorio que bloquea la confianza y potencia la necesidad de control. La paciente tiene mucho miedo a perder valor delante de los demás y se relaciona de manera dependiente y sumisa.

Causas históricas: La paciente comenta que de pequeña gestionaba la ansiedad y el dolor emocional con dolor físico: pellizcándose, pinchándose con un lápiz, etc. Entonces explican, entre las dos, que cuando la paciente tenía 7 u 8 años el padre tenía que viajar por motivos laborales y pasaba muchos días sin volver a casa: ella se agarraba con fuerza a sus pantalones, pidiéndole que no se fuera. La madre se siente culpable de no haberse dado cuenta antes: «Era una niña que siempre estaba estudiando», dice. La tenían que animar a salir. La paciente se presenta con un aspecto regresivo (inhibido, dependiente) en presencia de su madre.

Tratamiento se le dio por un tiempo tratamiento farmacológico, Con la medicación ha disminuido la ansiedad y puede dormir un poco mejor. Un mes después se inició la disminución del ansiolítico hasta su retirada unos meses más tarde y a continuación se realizó lo mismo con el resto de la medicación, de manera que en el momento del alta no seguía ningún tratamiento farmacológico.

En psicoterapia se consideró importante trabajar aspectos cruciales de la identidad de la joven que están interfiriendo gravemente tanto en su organización como en su cotidianidad: las dificultades (ansiedades) para ganar autonomía en detrimento de la dependencia y el desplazamiento (defensas) de la agresividad hacia su propio cuerpo. Durante los primeros meses de tratamiento se avanza en la comprensión de su postura en las relaciones. Explica que en las discusiones con otras compañeras se identifica, alternativamente, con la «víctima» (apareciendo la culpa y el miedo a quedarse sola) y con la «agresora» (mostrando rasgos de gran dureza e intolerancia). A sus padres les exime de toda responsabilidad y culpa, sometiéndose a ellos.

Es recomendable el uso de Terapia Cognitivo Conductual, algunas de las principales intervenciones son:

• Educación afectiva: es el proceso donde el paciente aprende monitoreo de sensaciones, pensamientos y repuestas conductuales, de modo de aprender estrategias de enfrentamiento a la angustia que le sean funcionales y adaptativas
• Exposición gradual: consiste en que el paciente se acerque paulatinamente a situaciones temidas hasta que genere habituación y confianza generando una declinación a la ansiedad asociadas a la situación temida.
• Refuerzos positivos: se usan para alentar el esfuerzo
• Técnicas de relajación: para desarrollar en ellos la forma de respiración

Fármacos para el tratamiento de transtorno de ansiedad que se emplean habitualmente son:

• Ansiolíticos más utilizados pertenecen al grupo de los benzodiacepinas (Alprazolam,Loracepam, Diacepam, Cloracepam) ya que producen un efecto tranquilizante y disminuyen frecuencia de los episodios de angustia.
• Antidepresivos empleados hoy en día en el tratamiento de los transtornos de angustia son los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Seretonina(sertralina, Escitalopram, fluoxetina, Paroxetina, Sertralina), ya que se considera a la Seretonina como principal neurotransmisor involucrados en los transtornos de ansiedad.

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